INFORME SEMANAL N ° 1082

Durante la última semana, el ambiente húmedo, con madrugadas saturadas y neblinas han hecho retroceder el invierno a condiciones otoñales. Si bien el corto plazo propone un cambio significativo, la tendencia para todo el trimestre frío parece que se va confirmando. El promedio térmico del otoño (marzo-mayo), resultó en valores que superaron ampliamente los normales a gran escala. Es decir fue un otoño cálido, de los más cálidos de los últimos sesenta años, similar a lo ocurrido en 2009 y 2015. Desde la segunda decena de días de junio, no ha retornado ninguna masa de aire de origen polar, lo cual no bastó para lograr que los guarismos térmicos mostraran un cambio de tendencia. Es decir, lo más probable es que durante lo que resta de invierno, las temperaturas encuentren piso en valores normales o se expresen en promedios con desvíos positivos. Independientemente de esto, vamos hacia una semana donde el ambiente se aproximará más a lo esperado para el invierno.
Por estas horas se han venido concretando algunas precipitaciones menores en gran parte de la provincia. Dado que no hay una demanda de lluvias importantes –aun cuando junio fue muy deficitario-, estas correcciones modestas, suman para mantener las reservas en niveles adecuados u óptimos. Tenemos por delante varias jornadas con abundante cobertura nubosa y una capa baja de la atmosfera bastante saturada, lo cual puede dar eventos de lluvias débiles, por sectores con recurrencia, donde los acumulados pueden volverse más significativos. Esta condición se vuelve más inestable sobre el norte provincial. Aquí el contraste con las masas de aire tropical que domina el centro norte de la Mesopotamia puede dar lugar al desarrollo de tormentas. Como vemos para el norte de la provincia, un aporte pluvial más generoso, sería bien recibido. Todas las áreas de la fina de la provincia se encuentran con buen nivel de reserva y vemos como muy probable que este patrón se mantenga en el invierno.