INFORME DE PRODUCCIÓN DE SOJA – CAMPAÑA 2022/23

La Bolsa de Cereales de Entre Ríos da a conocer el informe correspondiente a la producción de soja en el ciclo 2022/23 en la provincia de Entre Ríos, Argentina.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos agradece a la red de colaboradores por toda la información brindada para la elaboración de esta publicación.

EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE SOJA EN LA PROVINCIA DE ENTRE RÍOS

Las principales variables que resumen la producción de soja fueron:

– Superficie sembrada   969.500 hectáreas (ha)
– Superficie perdida       213.300 ha
– Superficie cosechada    756.200 ha
– Rendimiento promedio         718 kg/ha
– Producción                     542.980 toneladas (t)

La provincia de Entre Ríos vivenció la peor campaña de soja de que tenga registros el SIBER.
Por tercer año consecutivo, el Pacífico Ecuatorial presentó temperaturas por debajo de lo normal y, por lo tanto, mantuvo las condiciones para la continuidad del fenómeno denominado “La Niña”.
La Niña del ciclo 2022/23 se caracterizó por una severa sequía y marcas térmicas extremadamente elevadas durante el verano. Este escenario, resultó letal para la producción de soja.
Las dos variables que determinan la producción (superficie y rendimiento) experimentaron importantes disminuciones.
En primer lugar, el área sembrada documentó una caída interanual del 9 % (90.100 ha) y es la tercera con menor superficie desde el año 2.000. Además, por el efecto climático, se perdió el 22 % (213.300 ha) de la superficie total cultivada.
En segundo lugar, el rendimiento promedio provincial fue el más bajo de los últimos 23 años, con una variación interanual del – 70 % (1.657 kg/ha) y en comparación con el promedio del último lustro el descenso fue del 64 % (1.271 kg/ha).
Un párrafo aparte, merece el análisis del rendimiento de indiferencia. Al determinar el rendimiento de indiferencia, se busca identificar el nivel mínimo de actividad necesario para cubrir los costos fijos y variables y evitar pérdidas. Por encima de ese punto, se espera que el agricultor genere ganancias.
El rendimiento de indiferencia ponderado entre la soja de primera y segunda se posicionó cercano a 1.840 kg/ha, no obstante, el rendimiento calculado sobre el área total implantada fue de 560 kg/ha. Es decir que, por cada hectárea sembrada, el agricultor afrontó una perdida equivalente a 1.280 kg/ha de la oleaginosa.
Como resultado, la producción se posicionó como la más baja, con una merma interanual del 78 % (1.968.700 t) y en relación al promedio del último lustro la variación fue del – 75 % (1.637.246 t).
Los datos estadísticos sobre la evolución del área implantada con soja en Entre Ríos se presentan en la Tabla 1.

 

PRODUCCIÓN DE SOJA DE PRIMERA EN LA PROVINCIA A NIVEL DEPARTAMENTAL

La soja de primera con un área de 452.100 ha, representó el 47 % del total implantado, de las cuales no se cosechó el 13 % y aportó a la producción total el 58 % de las toneladas.
El sector Oeste (departamentos Diamante, Nogoyá, Paraná y Victoria) fue el más afectado por la sequía, con una pérdida del 25 % del área cultivada.
Los datos estadísticos sobre la superficie implantada con soja de primera a nivel departamental se presentan en la Tabla 2.

 

PRODUCCIÓN DE SOJA DE SEGUNDA EN LA PROVINCIA A NIVEL DEPARTAMENTAL

Por su parte, la soja de segunda significó el 53 % (517.400 ha) del total cultivado, con un área no cosechada equivalente al 30 % (154.600 ha) y abarcó el 42 % de la producción total.
Hacia el centro Norte del territorio, la sequía generó una pérdida que va del 27 % al 77 % de la superficie sembrada, con un valor promedio del 40 %.
Los datos estadísticos sobre la superficie implantada con soja de segunda a nivel departamental se presentan en la Tabla 3.

 

PRODUCCIÓN DE SOJA TOTAL EN LA PROVINCIA A NIVEL DEPARTAMENTAL

Dada la sequía extrema que atravesó la provincia y la necesidad del productor de salvar algo de la inversión realizada, se registraron rendimientos mínimos de 200 kg/ha. Valor que difícilmente cubra los costos de combustible de la cosechadora.
Los máximos rendimientos, en casos excepcionales estuvieron en torno a 2.500 kg/ha.
Los datos estadísticos sobre la superficie implantada con soja total a nivel departamental se presentan en la Tabla 4.

 

FACTORES CLIMÁTICOS

En los meses previos a la siembra de la oleaginosa, sin lugar a dudas, la situación del Pacífico Ecuatorial marcaba la continuidad de “La Niña” que se había instalado en julio del 2020.
Bajo este contexto, nuevamente existían altas probabilidades de una disminución de la precipitación entre los meses de noviembre a marzo.
En la Figura 1 se muestra la anomalía de la temperatura de la superficie del Pacífico Ecuatorial para la primera semana de enero del 2023. Tal como puede apreciarse, desde Indonesia hasta las costas de Ecuador y Perú, se registraban temperaturas por debajo de lo normal.

 

En la Figura 2 se muestra la precipitación promedio en el periodo 2004 – 2021 para la provincia de Entre Ríos entre los meses de noviembre a marzo y su variación con relación al ciclo 2022/23.
La precipitación promedio acumulada para la época estival es de 620 mm, mientras que para el ciclo 2022/23 el monto acumulado fue de 330 mm, lo cual representó una caída del 47 % (290 mm).
Solamente en marzo hubo un superávit del 29 % (37 mm), pero se registró durante la segunda quincena, demasiado tarde como para generar un cambio en el resultado final.

 

La Figura 3 muestra la distribución de la precipitación acumulada del 01/11/22 al 31/03/23 y el histograma de la precipitación en la provincia de Entre Ríos.
A modo de resumen se observa lo siguiente:
– 26 % del territorio tuvo una precipitación inferior a 300 mm
– 61 % del territorio registró precipitaciones entre 301 a 400 mm
– 13 % del territorio recibió precipitaciones entre 401 a 550 mm.

 

El impacto de la sequía se puede detectar a través de la anomalía del Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI).
La detección de anomalías en el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) permite identificar cambios significativos en sus valores durante un período de tiempo específico. En otras palabras, una anomalía se refiere a una desviación de los valores normales de NDVI, lo cual indica un cambio en la cantidad o calidad de la vegetación. Este análisis es útil para monitorear la salud y el crecimiento de la vegetación en un área determinada.
Las anomalías del NDVI pueden ser tanto negativas como positivas. Una anomalía negativa implica que los valores de NDVI son más bajos de lo esperado en un área y período de tiempo determinados, lo cual indica una disminución en la cantidad o calidad de la vegetación. Por otro lado, una anomalía positiva del NDVI significa que los valores de NDVI son más altos de lo esperado, lo cual sugiere un aumento en la cantidad o calidad de la vegetación.
En el territorio, es notable la presencia dominante de anomalías negativas, representadas por tonalidades rojas, y se destacan por tener valores extremadamente inferiores a lo normal.

 

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