Con el balance hídrico resuelto, el SIBER indica que se puede notar la demanda de lluvias necesarias como para lograr quebrar la categoría “sequia” que todavía sigue muy firme en gran parte del territorio entrerriano.
Las zonas que lograron salir del déficit extremo, debieron sumar al menos cincuenta milímetros, situación que no fue generalizada. Dentro de la zona que queda incluida en el naranja de la sequía, seguramente hay matices. Algunas mejoras, las lluvias observadas han generalizadas, pero siendo realistas, no fueron suficientes.
El proceso de cambio en el comportamiento atmosférico hacia un progresivo y más continuo mejoramiento en la oferta de agua parece estar desplegándose, el punto es que las necesidades pluviales son tan importantes que estas mejoras apenas se perciben en el nivel de reservas.
Debemos considerar que salvando las condiciones extremas del miércoles, ya no hay exigencias por parte de las coberturas y la de la atmósfera está en franco retroceso. En consecuencia, si las lluvias reaparecen en la segunda quincena de abril, la recuperación de las reservas podrá seguir progresando.
Podemos decir que entre ayer y hoy, las lluvias han fracasado. Los registros que reportan las estaciones automáticas, son modestos. En las zonas más beneficiadas por las lluvias, hacia el departamento Uruguay, los acumulados apenas superaron los diez milímetros. Claramente además de cobertura, las lluvias deben ganar más volumen, algo que se acerque más a lo observado en el sudoeste durante el fin de semana.
Con el cambio de masa de aire, la situación tenderá a estabilizarse, pero la circulación del norte se recompone fácil y nuevamente habrá posibilidades para que las lluvias reaparezcan hacia mediados de la semana próxima. La recuperación es lenta, pero puede funcionar para la fina.