Se recolectaron 6.840 toneladas (tn). La cifra se ubica por debajo de las 9.112 tn del ciclo 2011/12, que a su vez había sido menor que la de la campaña 2010/11 cuando en la provincia se recolectaron 26.375 tn.
La producción de lino en Entre Ríos sufrió, en la actual campaña 2012/13, una fuerte caída del 25% ya que apenas alcanzó las 6.840 toneladas, muy por debajo de 9.112 tn del ciclo 2011/12, que a su vez había sido menor que la de la campaña 2010/11 cuando en la provincia se recolectaron 26.375 tn.
Así lo señala el Informe de Producción de Lino que dio a conocer el Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) en donde, además, se destaca que el rinde promedio de las 7.930 hectáreas sembradas –área cosechada de 7.790 hectáreas– se ubicó en 878 kg/ha, cifra que representa una merma de casi el 24% respecto del promedio del ciclo precedente que fue de 1.149 kg/ha.
Según indica el SIBER, prácticamente la superficie implantada en el ciclo agrícola actual se mantuvo estable con respecto al 2011/12 y sólo experimentó un leve incremento del 0,9 %; mientras que el rendimiento promedio y la producción total manifestaron una variación negativa de 23,6% y 24,9% respectivamente.
Los departamentos Nogoyá, La Paz y Villaguay concentraron aproximadamente el 70% de lo implantado y lo producido en el presente ciclo, lo cual equivale a 5.400 ha y 4.670 toneladas. El 30% restante de la producción se distribuyó en los departamentos Uruguay, Gualeguay, Federal, Paraná, Concordia, Gualeguaychú, Tala, San Salvador y Colón; no detectándose lotes dedicados a la producción de la oleaginosa en Diamante, Federación, Feliciano y Victoria.
En cuanto a las características de la campaña, con referencia al clima, el sistema de información agrícola sostiene que el período que abarcó el desarrollo del cultivo tuvo modificaciones importantes tanto en el invierno como en la primavera. Si bien a fines de julio se pudo culminar con la siembra de la oleaginosa, la humedad en el perfil del suelo fue escasa y limitada; ya que junio y julio se caracterizaron por lluvias de pequeña cuantía arrojando un valor acumulado promedio que en la región se ubicó alrededor de los 25 mm; esto representó tan solo el 30% de lo normal para ésta época del año (el milimetraje acumulado promedio esperado entre junio y julio se ubica alrededor de 87 mm aproximadamente).
Por otra parte, en lo que respecta a las marcas térmicas se registraron severas heladas que ocasionaron la muerte de plántulas y la pérdida de humedad, fundamentalmente en los primeros centímetros del suelo.
La combinación de los dos factores mencionados impidió que en muchos casos se lograra una densidad de plantas óptima por hectárea.
Finalmente hacia mediados de diciembre un fuerte temporal de vientos, acompañado de intensas lluvias y granizo provocó la caída de bolillas en lotes próximos a la cosecha, ocasionando mermas en el rendimiento y el retraso en las labores de trilla.
Cabe aclarar que también se presentaron importantes ataques de “Roya del Lino” y “Fusarium” que también fueron factores que provocaron mermas en los rindes.