La Bolsa de Cereales de Entre Ríos participó el pasado jueves 9 de febrero un Taller de Entrenamiento denomiando “Evaluación de daño por aves en cultivos agrícolas”.

El curso teórico práctico fue organizado por el INTA Paraná y el Colegio de Profesionales de la Agronomía de Entre Ríos (COPAER) Sede Concordia, y auspiciada por Dow Agrosciencens. Con la presencia de 20 ingenieros agrónomos, la Dra. Sonia Canavelli y el Dr. Sebastián Dardanelli desarrollaron el taller teórico práctico sobre “Evaluación de daño por aves en cultivos agrícolas” en la sede de Concordia de COPAER. 
Antes de avanzar sobre el protocolo de evaluación de daño, la Dra. Sonia Canavelli, bióloga de EEA Paraná del INTA, introdujo a los asesores técnicos en cuanto a las especies de palomas  (torcaza, ala manchada y picazuro) y loros (Cotorra) que afectan a diferentes cultivos en la provincia, principalmente de girasol. 
Mediante imágenes, la Bióloga explicó los daños comparativos en lotes de palomas y cotorras: “El girasol es un cultivo muy apetecible para las aves debido a sus características nutricionales, pues contiene varias proteínas y ácidos esenciales para el crecimiento y la reproducción. En Argentina, las palomas medianas y las cotorras son las principales aves que causan daños al girasol. Estas especies se distinguen tanto por su biología como por el daño que producen, con consecuentes implicancias para el manejo”.
En este sentido, los asesores técnicos consultaron si está comprobado el aumento en la población de palomas: “Es un proceso que está siendo estudiado, pero debemos tener en cuenta que el aumento exponencial puede estar dado por la movilidad de las palomas. Esta ave tiene un movimiento migratorio regional hasta 500 km a la redonda” explicó la Dra. Canavelli.
Este aumento es “consecuencia de las prácticas agrícolas” y está ligado al modo de producción: “Es muy común que el daño por aves sea mayor en lotes con prácticas agrícolas deficientes, como problemas en la implantación (espacios abiertos dentro del lote), heterogeneidad en el desarrollo de las plantas, abundancia de malezas y/o problemas en crecimiento y maduración (por ejemplo, vuelco de plantas), que disminuyen la productividad y favorecen el acceso a las aves. Asimismo, la disponibilidad de granos en el lote previo al cultivo, ya sea de rastrojos o de los granos que se pierden por cosechadora, contribuyen tanto a sostener las poblaciones durante todo el año como a que las aves “fijen” el lote como área de alimentación. Finalmente, otra característica del lote que influye en el daño potencial por aves es la cantidad de borde, dado que el daño es usualmente mayor en el borde que en el centro del lote” explicó la bióloga.
Para los profesionales, “mientras la paloma tenga alimento tendrá los recursos como para seguir creciendo”. En los últimos años, la presencia de paloma estuvo dada por la combinación de los siguientes factores:
– La expansión de la superficie agrícola junto a un sistema de labranza conservacionista que permite la disponibilidad de alimento durante todo el año;
– La presencia de áreas de montes cercanos a los lotes de producción que son el lugar perfecto para que la población de aves se reproduzca;
– Disponibilidad de agua dulce para bebida de las aves;
Este problema no tiene una solución sencilla y rápida. El éxito para lograr controlar la población de aves depende del compromiso de desarrollar ciertos manejos integrados que involucren, entre otras cuestiones, la disminución de pérdidas de transporte en rutas, reducir el tiempo de secado de los cultivos de cosecha mediante la aplicación de desecantes. 
Durante la clase teórica, los asesores técnicos realizaron un entrenamiento en diseño de muestreo y  evaluación visual de daño con cruz y plantilla graduadas. Durante la tarde se llevó a la práctica el muestreo de evaluación de daño por aves a campo sobre un lote de girasol en cercanías a Concordia.
Los datos obtenidos del muestreo a campo serán procesados e incorporados al Informe final de Campaña del Proyecto que lleva en conjunto el INTA y CREA a nivel regional.  

Evangelina Spengler – Dana Olivera Taleb

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