Pese a las adversidades climáticas de la campaña que quedó atrás, el productor se encuentra frente a un panorama donde debe resolver las deudas pendientes, sin dejar de pensar cómo hacer frente al nuevo ciclo agrícola.
Con un contexto difícil para el productor entrerriano, donde tuvo rindes de soja muy por debajo delos históricos y por debajo de lo necesario para cubrir los gastos, con una cosecha negativa en la mayor parte del territorio provincial y una emergencia declarada; tendrá que recurrir no sólo a postergar los pagos de la campaña anterior, sino que también a financiar el presente ciclo.
Con una estimación de área a sembrar de los principales cultivos en la provincia, tales como el trigo, soja, maíz y sorgo, se evaluarán los principales gastos que conlleva la implantación de los mismos.
Por el lado de las labores todavía no ha influido la suba del gasoil ni del dólar que incrementa el costo de la maquinaria y sus repuestos. Las principales labores son la siembra, re fertilización y pulverización, quedando fuera de este cálculo la cosecha, la cual al pagarse cuando uno se hace del cereal u oleaginosa, se considera al contado. En tanto, lo correcto es considerar el costo de estos servicios como si fueran contratados.
A partir de los datos publicados por la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (FACMA), el productor requerirá un gasto de más de 141 millones de dólares. En la tabla 1 se puede observar un costo aproximado por cultivo.
Para el cálculo de insumos necesarios se tiene en cuenta la semilla, fertilizantes y agroquímicos dentro de los cuales están los herbicidas, insecticidas, fungicidas y coadyuvantes. Hay que destacar que para el cálculo se tienen en cuenta el control de malezas resistentes a glifosato, como la rama negra (Conyza bonariensis), capín (Echinocloa colona) y yuyo colorado (Amaranthus spp) entre las más problemáticas y de mayor presencia en la provincia. En el caso de la soja se toma el promedio ponderado, según las hectáreas de primera y segunda.
El cultivo que más se requiere en la provincia es el maíz, dada su utilidad para la alimentación de pollos, cerdos, vacas lecheras y engorde de vacunos. Es el cultivo que se le da mayor valor agregado en la provincia y el que mayor requerimiento en dólares por hectárea necesita para poder realizarse.
Cabe destacar que las gramíneas son un aporte fundamental en la rotación de cultivos y las que mayor inversión requiere por hectáreas sembradas, para visualizar mejor donde se incurre en mayores gastos en cada cultivo se muestra en porcentaje el impacto de la semilla y fertilizantes en el total del gasto de insumos.
Conclusiones
La rentabilidad del sector se ha reducido notablemente y este será un año de alto requerimiento en financiación, tanto por parte de la banca privada como la pública. Cabe recordar que ésta última, dada la emergencia agropecuaria, otorgaría créditos con tasa subsidiada.
Ya años anteriores desde el SIBER se ha resaltado la gran importancia de contar con un seguro agrícola que mínimamente cubra los gastos de inversión, es decir un sistema que amortigüe las pérdidas de la inversión de los productores.
Todos los años el productor arriesga capital no solo monetario sino también con prendas y/o hipotecas con la esperanza de poder revertir la situación de endeudamiento constante en la que está inmerso, con la expectativa de obtener buenos rindes a un buen precio, cubrir sus deudas y continuar sembrando y produciendo.
En resumen, el sector agropecuario entrerriano para lograr la implantación y protección de los cultivos requerirá unos 570,5 millones de dólares (lo cual representará unos 14.260 millones de pesos).