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ESTADO DE LAS RESERVAS AL 21 DE FEBRERO DE 2024
Nuevamente las precipitaciones se han mostrado ausentes en gran parte de las zonas productivas del país durante los últimos diez días, solo con excepciones menores en el norte de la Mesopotamia y el NOA. En efecto luego de la oportunas lluvias que dieron un corte a la extendida, y por ahora única, ola de calor de esta campaña, no hubo nuevos aportes pluviales. Como vemos en el mapa, el resultado es un condicionamiento de las reservas de humedad. Las mismas quedan muy ajustadas a la espera del pasaje frontal de mañana y el potencial regreso de las precipitaciones.
Hoy se está viendo circulación de aire desde el noreste, lo cual anticipa una mayor carga de humedad. Un día con vientos de esta dirección es poco para esta época si se pretende tener una atmosfera baja con buena carga de humedad. La dinámica básica de funcionamiento de los sistemas precipitantes importantes del verano, requieren al menos dos o tres días de transporte de humedad de aire tropical. Esto no lo hemos tenido, con lo cual, la expectativa respecto de las lluvias que podemos llegar a recibir en la provincia, deben ser moderadas. Posiblemente prevalezcan acumulados inferiores a los veinte milímetros, con algunos bolsones más generosos. Estimamos que la demanda de los cultivos que aún no cierran su ciclo está por encima del promedio que puede ofrecer el paso de este frente.
Sin dudas, a esta altura cualquier lluvia sirve como alivio, pero la estrechez de reservas reclama que las precipitaciones aumenten su frecuencia. El fenómeno de El Niño, luego de mediados de enero, no logro consolidar su impacto positivo sobre el patrón pluvial. La escala regional dominó la escena climática desde entonces, primero con un bloqueo que derivo en la ola de calor y luego con persistentes vientos del este y sudeste, que si bien pusieron fin a las altas temperaturas, no sirven para establecer un patrón pluvial abundante. Aun puede haber una modificación positiva durante marzo y abril.
ANÁLISIS DE LA ANOMALÍA DE LA PRECIPITACIÓN DE ENERO DEL 2024
Desde la segunda mitad del año 2023, los modelos climáticos notificaban la presencia de “El Niño” para la campaña de cultivos estivales del ciclo 2023/24. Este fenómeno, que involucra al océano y a la atmósfera en la región del Pacífico Ecuatorial, genera incrementos en la precipitación entre los meses de noviembre a marzo, con mayor influencia en el trimestre noviembre - diciembre - enero.
Este escenario, para la provincia de Entre Ríos, es una señal de buenas perspectivas de rendimientos fundamentalmente para los cultivos de maíz de primera y soja.
La precipitación promedio acumulada desde 1/Nov al 31/Ene en Entre Ríos es de aproximadamente 350 mm, mientras que del 01/Nov/23 al 31/Ene/24 el valor ascendió a 560 mm, es decir un incremento en el trimestre del 60 % (210 mm), ver Figura 1.
No obstante, no todos los meses tuvieron un comportamiento similar. En diciembre se registró el máximo incremento del 138 % (173 mm), noviembre tuvo un aumento dl 50 % (54 mm), mientras que enero hubo una disminución del 15 % (19 mm).
En la Figura 2 se detalla la anomalía de la precipitación del mes de enero del 2024 versus el promedio histórico, donde se parecía que sectores del Sureste y del centro Norte presentaron una situación de sequía moderada.
Es importante destacar que, a partir de la segunda quincena de enero las precipitaciones resultaron muy pobres, escenario que se ha mantenido en gran parte del territorio en las tres semanas de febrero.
Este pulso seco, instalado hace aproximadamente un mes es un factor negativo, ya que coincide con el periodo crítico de la soja de primera y ha limitado el normal crecimiento de la soja de segunda.
Para los próximos días, hay anuncios de lluvias para la región, pero lamentablemente serían inferiores a las necesarias para mejor las reservas en el perfil edáfico.
Para la soja todavía resta un camino para definir su rendimiento, aunque en este contexto es lógico pensar que los rindes podrían llegar a tener “sabor a poco” a pesar de haberse presentado “El Niño” en el verano.
CONDICIÓN DE SORGO
En la provincia, se estima que la superficie destinada al cultivo de sorgo abarca aproximadamente 110.000 ha.
La fenología del cereal se extiende desde la etapa de panoja embuchada hasta el llenado de granos, como se ilustra en la Figura 3.
En cuanto a la condición del cultivo a nivel provincial, se presenta de la siguiente manera:
– Muy buena: 20 %
– Buena: 68 %
– Regular: 11 %
– Mala: 1 %
Es notable que el área de sorgo en las categorías muy buena y buena se mantuvo en valores similares desde la última evaluación.
En lo que respecta al estado sanitario del cultivo, se llevan a cabo controles específicos para pulgón, cogollero (principalmente en lotes tardíos durante las etapas vegetativas) y oruga militar tardía.
COSECHA DE MAÍZ DE PRIMERA
En la provincia de Entre Ríos se cosechó el 12 % de la superficie cultivada con maíz de primera que en el ciclo 2023/24 ronda las 400.000 ha (Figura 4).
Hasta la fecha el rendimiento promedio provincial se ubica en un rango de 5.000 a 9.000 kg/ha, cuya variación se atribuye en mayor medida a la fecha de siembra, con mejores rindes en los lotes sembrados en septiembre.
Es relevante señalar que alrededor del 60 % del área intencionada se implantó en el mes de septiembre, coincidiendo con el porcentaje de la superficie evaluada como muy buena en la última revisión de la condición.
En función de estos factores, y tomando en cuenta que el rendimiento promedio histórico para la provincia en campañas con la presencia de «El Niño» o bien en situación de «Neutralidad» es de 6.800 kg/ha, se estima que el rinde para el actual ciclo se ubique cercano a dicho valor.
Los colaboradores señalaron que la principal limitante para avanzar en las labores es la elevada humedad que aún presenta el grano.