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Comenzó el invierno con un marcado cambio ambiental
La Consultora de Climatología Aplicada (CCA) informó el invierno comenzó con un marcado cambio ambiental, removiendo la masa de aire húmedo presente en gran parte de junio.
SALDO FAVORABLE PARA EL ESTE DE BUENOS AIRES
El mes de junio presentó un extendido período húmedo, que entre la segunda y tercera semana benefició de manera especial al este de BA, que arrastraba deficiencias pluviales importantes desde el cuatrimestre previo.
Como sucediera en el mes de mayo, las lluvias de junio claramente preferenciaron la franja este del país, en esta ocasión también extendiéndose hacia el sur y desplegándose sobre el este de BA, sector que había quedado relegado en el mes de mayo. En el mapa se destacan los registros más importantes sobre los partidos costeros, los cuales disminuyen hacia el centro y de forma más marcada hacia el oeste. También fueron destacadas las precipitaciones en el centro norte de CB, principalmente hacia el este. Recordamos que en esta zona lluvias de entre 25 y 30 milímetros para el mes de junio, deben considerarse por encima de la media.
El alto contenido de humedad en las capas bajas de la atmósfera no fue modificado hasta la última semana del mes pasado. A partir de la jornada del 25 comenzó a sentirse el ingreso de la primera masa de aire polar, imponiéndose desde entonces condiciones ambientales frías y secas, con desvíos térmicos negativos importantes respecto de los valores normales para la época. El lado bueno de este cambio de ambiente, lo cuentan los productores entrerrianos, santafesinos y del norte central de BA, donde las condiciones de piso resultaron problemáticas para el avance de las siembras de trigo y en muchos sectores las mismas recién se retomaron a comienzos
de julio.
La comparación de los registros de junio con los valores estadísticos (1973-2010), define vastos sectores donde las lluvias pueden considerase abundantes para la época. Esta abundancia hay que analizarla con cuidado, dado que en el invierno en las zonas mediterráneas un registro de 15 o 20 milímetros basta para generar desvíos positivos de la precipitación respecto de sus valores medios mensuales. La anomalía positiva si tiene peso y fue muy oportuna, en el este de BA. A gran escala, el este de BA recibe en el trimestre frío entre 120 y 140 milímetros de lluvia. Esta sobreoferta de agua en el mes de junio, es muy efectiva a la hora de recuperar los perfiles de humedad. Gran parte de la Mesopotamia logró valores normales de precipitación para el mes de junio, con registros que se vuelven abundantes en la provincia de Misiones, donde predominaron marcas del orden de los 200 milímetros. Sobre el NEA y el NOA, también predominan anomalías positivas de la precipitación, sin embargo nuevamente aquí se aplica lo mismo que ya se explicó en referencia a otras zonas mediterráneas.
Dentro de la zona núcleo se reconoce un área de lluvias escasas en el norte de LP con influencia sobre las vecindades del noroeste de BA, sudeste de CB y sudoeste de SF. Se remarca este sector puesto que es una zona donde las lluvias han tendido a
sostenerse por debajo de los valores normales. Si bien la transición junio julio se ha caracterizado por un cambio muy evidente en las condiciones ambientales, el pasado mes no presentó anomalías térmicas destacadas. Las condiciones templadas y húmedas de las
primeras tres semanas, fueron compensadas por la irrupción de aire polar de la última semana y de este modo quedaron configurados
ligeros apartamientos respecto de los valores medios del mes, tanto en las máximas como en las mínimas. Las temperaturas máximas tuvieron una tendencia ligeramente más fresca que lo normal en una extendida zona que incluye, Santiago del Estero, gran parte de CB, SF, ER, norte y este de BA. Obviamente los importantes enfriamientos de finales de junio quedan disimulados en el comportamiento previo. Para reconocer las rigurosas condiciones de la transición intermensual, se muestra el mapa de temperaturas mínimas
absolutas de la semana finalizada el domingo 3 (temperatura mínima más baja registrada a lo largo del período). Las sucesivas irrupciones de aire polar generaron heladas muy intensas no solo en el valor de temperatura observado, sino en su extensión horaria. Los fuertes enfriamientos condicionaron el crecimiento de las máximas aún con buen nivel de radiación.
CLASIFICACIÓN DE LAS RESERVAS
Como es habitual, se analizan las condiciones de humedad actuales mediante la comparación con los valores de reservas normales para la fecha. Los resultados de la comparación se clasifican en categorías, teniendo en cuenta para la estadística la serie de datos1973-2010. El análisis se realiza teniendo en cuenta como cobertura una pastura de consumo permanente a lo largo de todo el año.
El escenario que plantea la clasificación de humedad a la fecha es favorable. Sobre la franja este dominan las condiciones normales y aparece una zona con sobre abundancia de agua con epicentro en el zona central de SF.
Como consecuencia de la oportuna extensión de las precipitaciones hacia sur sobre la franja este de la región pampeana, se ha regularizado la situación hídrica del este de la provincia de BA. Este cambio es uno de los más importantes que se ha producido
durante el mes de junio. De todas formas, aparecen sectores en la provincia de BA que no alcanzaron su nivel usual de humedad para la época. En el sur por ejemplo, las reservas normales alternan con sectores con anomalías negativas, que se potencian en fracciones reducidas como en la zona de Influencia de Olavarría. También se aprecian desvíos negativos de las reservas en el oeste de la zona núcleo tributaria de Rosario. En este mapa se define con mayor claridad la situación hídrica de esta zona donde las lluvias escasas han sido persistentes.
Es importante destacar que al mismo tiempo que las lluvias proponían la normalización del las reservas en el este de BA, las tareas de siembra de trigo se atrasaron respecto de las fechas óptimas en gran parte de ER, SF y el norte central de BA. Si bien estas
tareas han recomenzado comenzando el mes de julio, es muy probable que esta situación climática se haya sumado a las incertezas comerciales para promover una retracción del área sembrada respecto de la campaña anterior. Estimaciones privadas evalúan esta retracción en un 10 por ciento, proyectándose una superficie de 4.7 millones de ha. Esta cifra, por cierto, queda muy por debajo del área potencialmente favorable para implantar el principal cultivo de invierno. También es importante mencionar que la cebada viene creciendo de manera sostenida en los últimos años, principalmente en la provincia de BA.
Para la misma fecha del año pasado, el este de la región pampeana evidenciaba el holgado remanente de reservas que había dejado un semestre cálido bajo condiciones El Niño. Por otra parte es evidente la mejor situación que presenta este año la provincia de LP y buena parte del oeste de BA. La diferenciación este oeste se sostuvo hasta mediados de octubre, por entonces las lluvias en la
franja central de la región pampeana comenzaron a escasear, exceptuando el sudeste de BA. La provisión de agua mejoró oportunamente en la franja central de la región pampeana desde mediados de enero, posiblemente salvando la cosecha de soja.
Prácticamente finalizando la cosecha de la oleaginosa 10/11, la producción ha sufrido una retracción del orden del 7 por ciento respecto de la campaña anterior. Esta merma puede considerarse razonable teniendo en cuenta que entre mediados de octubre y mediados de enero el efecto Niña se hizo sentir de manera extendida en vastas zonas donde se desarrolla este cultivo. La campaña pasada ha permitido confirmar la vulnerabilidad de los cultivos de la gruesa bajo condiciones La Niña, principalmente el maíz. El impacto negativo tiene su apogeo a finales de primavera y comienzos de verano. Este es un indicador de escala regional que necesariamente debe ser tenido en cuenta cuando las previsiones de finales de invierno auguran un escenario frío para las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial central.
TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Indicadores de Escala Global
El principal indicador de escala planetaria con efecto reconocido sobre las zonas agrícolas principales del sudeste de Sudamérica, se afianzó en su neutralidad durante el mes de Junio. En efecto las aguas del Pacífico Ecuatorial central no presentan actualmente anomalías. Esta situación ya se había definido a mediados de mayo y a pesar de que en la atmósfera cercana se presentan señales residuales del fenómeno La Niña, estas no son influyentes para definir el patrón pluvial en las zonas agrícolas
de Argentina o de los países vecinos.
Como en otras oportunidades, enfatizamos la efectividad que han tenido los modelos de pronóstico que permiten adelantar las posiciones que va tomando el indicador del ENSO (Niño /Niña). Estaba previsto que promediando el otoño el fenómeno La Niña
evolucione hacia la neutralidad y esto se ha validado meridianamente. Por otra parte también es oportuno remarcar que aún bajo el signo La Niña, el bimestre enero febrero no mostró señales negativas de importancia en el patrón pluvial. No al menos a gran
escala. Es decir, en el bimestre enero febrero, no se observó un patrón seco conducente como el observado desde mediados de octubre hasta finales de diciembre. Eventualmente este impacto negativo es moderado o incluso desaparece
en el comienzo del verano.
Si bien cada evento La Niña es distinto en intensidad y duración, las estadísticas parecen afianzarse para definir el trimestre octubre diciembre como el que presenta mayor riesgo de escasez de precipitaciones en vastas áreas agrícolas de Argentina.
En este sentido el sudeste de BA, en esta ocasión, ha sido la excepción.
La situación actual del Pacífico Ecuatorial central se resume en el siguiente mapa. En él se presenta la anomalía del último mes (cerrado el 03/07). Se observan las condiciones de neutralidad en el centro del Pacífico Ecuatorial. Por
otro lado los enfriamientos de los mares cercanos al sur de Sudamérica no son
significativos y más en ésta época del año.
Indicadores de Escala Regional
La transición estacional observada durante el mes de junio fue muy brusca. El cambio en las condiciones ambientales generó destacadas anomalías en el comportamiento térmico. Luego del prolongado período templado y húmedo que dominó el comienzo de junio, sobrevinieron condiciones ambientales muy frías y secas. Las masas de aire polar que apenas se habían insinuado en el sur de la región pampeana, avanzaron sin impedimentos alcanzando zonas tropicales y generando un fuerte enfriamiento de las
áreas continentales.
Hemos mencionado en informes previos que es muy probable que estemos transitando el período más frío del invierno. El enfriamiento extremo de las zonas mediterráneas, favorece el posicionamiento de zonas de alta presión en el continente o promueve que su desplazamiento hacia el océano Atlántico sea más lento que lo habitual. De esta manera se repiten jornadas con vientos débiles, mucha estabilidad y marcados enfriamientos nocturnos, difíciles de recuperar con los niveles de insolación
de esta época del año. Estas situaciones tienden a quebrarse cuando la zona de alta presión se desplaza hacia el este, favoreciendo la circulación del noreste.
Debido a estas condiciones de circulación es razonable esperar que durante lo que resta de julio y agosto los períodos húmedos sean más bien cortos, manteniéndose las mejores posibilidades de lluvias para zonas del este en general y del noreste del país
en particular. La sucesión de irrupciones de aire polar potencian la escasez de precipitaciones sobre las zonas mediterráneas, las cuales en julio tienen estadísticamente su mínimo. Este planteo impone circunstancias difíciles para transitar
el invierno en las zonas más secas del oeste.
CONCLUSIONES
De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:
1. La distribución típica de lluvia del trimestre frío que favorece al este del país, seguiría observándose durante el resto de julio y agosto.
2. En gran parte de la región pampeana es posible que se logren las lluvias normales durante lo que resta de julio y agosto. Esto tiene menos posibilidades de concretarse en el NOA, la provincia de CB, el norte de LP y las vecindades del noroeste de BA (Recordamos que las zonas mediterráneas no reciben más que 15 o 20 milímetros en julio).
3. La oferta de agua más generosa tendería a ubicarse en el este del NEA y el centro norte de la Mesopotamia. En el resto de la franja este del país, se esperan lluvias suficientes como para mantener un nivel normal de humedad.
El sudoeste de BA puede mejorar su condición hídrica en lo que resta del mes.
4. Las rigurosas condiciones ambientales impuestas desde finales de junio, se están moderando. Las irrupciones de aire polar bajarán su frecuencia. De esta manera los enfriamientos inusuales, como los recientes, perderán persistencia. O sea, pueden darse en períodos menos extendidos de tiempo.
5. Las condiciones neutrales del ENSO se sostendrán durante el resto del año. Por el momento el océano Atlántico no presenta condiciones adversas como para proyectar escenarios pluviales deficitarios para comienzos de la
primavera.