Durante el último mes se observó un cambio significativo respecto del verano. Actualmente el fenómeno está instalado. En el último informe del SIBER, el director científico Dr. José Luis Aiello sostuvo que «el Niño se afianza, pero no es intenso».
A mediados del año pasado, los pronósticos del indicador ENSO (El Niño /La Niña), perfilaban la aparición de un evento cálido en la última parte del año. Para bien de la campaña de granos gruesos este pronóstico se validó de manera insignificante, de otro modo el sobrante de lluvias hubiese sido más perjudicial de lo que se concretó en algún momento de la campaña que cerramos, sobre todo en el este de Córdoba, pero también en un vasto corredor que alternativamente afectó desde el sudeste de Santiago del estero hasta la provincia de Corrientes.
El año pasado terminó con acumulados pluviales record en muchos sectores del país, en general y a gran escala ha sido uno de los años más lluvioso de los últimos cincuenta años. Si es posible obviar las zonas que sufrieron inundaciones, esta sobreoferta de agua garantizó un paso sin limitantes hídricas en la franja central del país principalmente en la zona núcleo. Sin embargo el sur de la región pampeana se apartó de este comportamiento y sufrió una fuerte seca en la época de mayor demanda, durante febrero y marzo, algo que también afectó en buena medida a Entre Ríos.
Esta alternancia de zonas secas y húmedas no estuvo vinculada al fenómeno de El Niño, dado que durante la estación estival este indicador se mantuvo muy cercano a la neutralidad, tal como se aprecia en el mapa de anomalía de la temperatura superficial del mar durante ese período.
Durante la última parte de noviembre y buena parte de diciembre, las aguas del Pacífico Ecuatorial central (niño3.4), mostraron un ligero calentamiento, el cual no fue persistente por lo cual el indicador Niño nunca terminó por instalarse. Al cabo del trimestre de verano este calentamiento se fue desplazando hacia el oeste y finalmente se desdibujó por completo en la zona central, por lo cual el período de definición de esta última campaña se desarrolló bajo un estado de neutralidad. Al mismo tiempo se mantuvo muy intenso el calentamiento del litoral Atlántico. Debido a que las zonas de alta presión se posicionaban hacia el sur de este calentamiento, la circulación del este noreste, mantenía un fuerte flujo de humedad sobre la franja central, pero a la vez generaba condiciones de estabilidad en el sur de la región pampeana. De este modo, las tormentas de mayor porte siempre se fortalecían en la franja central principalmente, Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires. Hoy con el resultado de la cosecha, vemos la diferencia notable que han hecho estos aportes pluviales que mantuvieron las reservas a tope para abastecer a cultivos que ya venían muy bien desarrollados.
A lo largo de las últimas cuatro semanas el cambio en las anomalías oceánicas fue muy importante. La zona cálida que se había resumido hacia el oeste, se regeneró tomando toda la cuenca del Pacífico, al tiempo que el desvío positivo del litoral Atlántico se va moderando con tendencia a normalizarse (luego de más de un año). La foto actual, que promedia las anomalías de las últimas cuatro semanas, evidencia una posición Niño para el indicador ENSO. Es decir, actualmente estamos bajo la influencia de El Niño.
La persistencia del calentamiento de la cuenca del Pacífico Ecuatorial es lo que fortalece el indicador. El mismo se ha mantenido medio grado por encima del umbral de neutralidad en las últimas cuatro semanas. Esa medida lo caracteriza con intensidad débil, sin embargo podría intensificarse durante el resto del invierno. La perspectiva que marcan todos los modelos de pronóstico para esta anomalía produce un resultado consensuado en cuanto a la permanencia de esta situación hasta avanzada la primavera del hemisferio sur.