El Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos informó en su reporte semanal sobre la condición de la soja en la provincia.

Según el SIBER, a inicios del mes de enero el 90% del área implantada con soja de primera se posicionaba con una condición calificada de buena a muy buena, encontrándose fenológicamente en inicios de floración y con reservas regulares, ya que a partir de mediados de diciembre el monto y el número de días con lluvias había comenzado a reducirse.

El pulso seco fue creciendo gradualmente en dimensión e intensidad en la región, por lo tanto hacia fines de enero la situación de la oleaginosa desmejoró y la condición de buena a muy buena descendió hasta ubicarse en el 62% del área total. En la segunda quincena de febrero regresaron las lluvias a la provincia, esto permitió quebrar el estado de sequía y frenar la caída de rendimiento que se observaba semana a semana.

Al día de la fecha la soja de primera posee el 68% de su superficie con una condición de buena a muy buena y el 32% restante de regular a mala.

«El déficit hídrico que atravesó el cultivo en su período crítico dejó como consecuencia plantas con escaso desarrollo, aborto de flores, pérdida de vainas y menor número de granos por vainas, actualmente la condición de los lotes de soja de primera indican que el promedio de 2.800 kg/ha que se estimó hace dos meses atrás cuando el 90% de la superficie poseía un potencial de rinde de bueno a muy bueno, sería una objetivo díficil de alcanzar» sostiene el reporte semanal.

El Sistema de Información en su informe expresó que hoy en día, a nivel provincial, la condición muy buena se ubica en el 16%, en situación buena el 52%, en condición regular el 29% y finalmente calificada como mala el 3% restante. En el Mapa 2 se puede apreciar la condición del cultivo por zonas. A partir de estos valores proyectó una producción de soja de primera que se aproximaría a 2.520.000 tondelas, con un rinde promedio provincial cercano a los 2.300 kg/ha; dependiendo de que las condiciones climáticas a futuro sean favorables para la oleaginosa.

En cuanto a la condición de soja de segunda, el SIBER indicó que la implantación del cultivo tuvo en general inconvenientes desde el inicio. Por un lado el exceso hídrico generó la muerte de plantas fundamentalmente en las zonas bajas donde se producen anegamientos temporarios y en los peores lotes la necesidad de resiembras.

Posteriormente, las chacras que fueron resembradas tuvieron una pérdida importante de humedad en los primeros centímetros del suelo hacia fines de diciembre e inicios de enero, lo cual nuevamente incidió en el número final de plantas por metro lineal.

En la segunda quincena de enero el 70% del área sembrada con soja de segunda era calificada de buena a muy buena, contabilizándose un 30% con problemas básicamente de bajo stand de plantas por hectárea que era descrita con una situación de regular a mala. La agudización del pulso seco frenó la tasa de crecimiento del cultivo, además de la caída en la condición general, hasta llegar a contar con la mitad del área en una situación de buena a muy buena. La recuperación se produjo al igual que para el caso de la soja de primera en la segunda quincena de febrero y hoy en día Entre Ríos cuenta con 65% del área en una situación de buena a muy buena y el 35% restante de regular a mala.

El cambio de escenario de seguía a reservas regulares a adecuadas ha favorecido en mayor medida a la soja de segunda que en breve comenzará a transitar su período crítico. Los datos cuantificados por el SIBER, informan que la condición general de la soja de segunda en el ámbito provincial del siguiente modo: 11% muy bueno, 54% bueno, 30% regular y 5% mala. Partiendo de la imagen actual y con las aproximaciones de rendimiento para cada categoría, se ha estimado que el rinde provincial que se aproximaría a 1.900 kg/ha y una producción cercana a las 348.500 toneladas.

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