Con la idea de impulsar para el campo una herramienta útil y capaz de alcanzar nuevas fronteras para la agricultura, un grupo de hombres de la comunidad entrerriana fundaron el 16 de noviembre de 1979 la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.

“Pasaron 40 años, parece ayer. Los fundadores fueron visionarios en ese momento, pensaron en una entidad para el desarrollo agricola y que permita extender las fronteras agricolas, lo cual se logró. Nuestra Bolsa tuvo un papel clave en la expansion agricola de la provincia” señaló el Presidente de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Ing. Néstor Luciani, tras repasar algunos hitos históricos de los ultimos años, como es la creación del SIBER y la instalación de la Red de Centrales Meteorologicas Automaticas.

Los lineamientos fundacionales se cumplieron. El accionar se abrió hacia toda la sociedad y, seguramente, se profundizarán en el futuro porque a la Bolsa le interesa el crecimiento de la producción agropecuaria de la provincia como también y, sobre todo, el factor humano. “Trabajamos en aquellas áreas en las que podemos ser más eficientes; promoviendo una agricultura sustentable, investigando y ayudando a las comunidades rurales a crecer, desarrollar y mejorar capacidades” sostuvo.

 

 

ALGO DE HISTORIA 
El 16 de noviembre de 1979, en el salón de convenciones del Mayorazgo Hotel de Paraná, se congregaron los pioneros. La inspiración de aquellos visionarios que trazaron el modelo de trabajo se concretó de la mano de 104 voluntades que, movidos por la misma inquietud, la dieron vida a la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. 
Aquellos representantes de casi todos los departamentos entrerrianos constituyeron un hito, el punto de partida de un esfuerzo madurado por largo tiempo. Se fundaba así la segunda Bolsa de Cereales que conocía el país: la primera es la centenaria institución de Buenos Aires. 
El propio Luis Perrièr, en sus primeras citas institucionales, describía: “Aquel día, el 16 de noviembre de 1979, fue de calor húmedo. Cuando clausuraba sus sesiones la asamblea fundacional de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos una bienhechora y refrescante lluvia comenzó a caer sobre la capital entrerriana. Era como si sobre la semilla recién plantada cayera el agua a manera de bautismo, premonitora de su feliz crecimiento”. 
Por entonces y en el discurso inaugural, el flamante presidente la nueva entidad, Dr. Guillermo Gaviola señaló: “Hemos usado una facultad propiamente humana, que es la de crear. Es específicamente humana la personalidad: ese mundo que cada uno somos produce estas instancias de originalidad: la creación de algo nuevo. Una institución que sirva de instrumento eficaz para organizarnos. Dentro de nuestras empresas hay una cantidad de energía que se pierde. Es comparando la gran energía que producen, que llevan estas aguas del río Paraná que se pierden y no se aprovechan”. 
Además remarcó que la propia Bolsa tiene la misión de “encauzar esa actividad y fuerza de sus socios, producir el fenómeno de la integración, de la cooperación y participación inteligente propia del hombre”.

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