Las reservas han venido retrocediendo en forma continua, copiando el paso de las precipitaciones de los últimos 45 días. Recordamos que gran parte de la provincia, salvo algunas zonas del norte, recibieron en abril precipitaciones muy escasas. Como mencionamos anteriormente, la situación no es crítica por diversas razones: coberturas con escaso consumo, ambiente húmedo, retroceso de la radiación. Es decir ante la ausencia de factores que potencian el consumo, se ve disimulado el deterioro de las reservas, más si se tiene en cuenta un manejo adecuado de la humedad que queda después de la cosecha. Dentro de este contexto, son las pasturas las que más sufren y eventualmente se vuelve complejo comenzar en fecha las siembras de trigo.
Actualmente la condición de reserva entre regular y escasa es una situación que, al compararla con la disponibilidad de humedad normal para la época califica como muy por debajo de lo normal. O sea a esta altura del año la provincia debería contar al menos con un nivel de humedad adecuado.
Si se valida el pronóstico que perfila un nuevo evento con lluvias modestas o nulas estaremos prácticamente definiendo la performance pluvial del mes de mayo y concluyendo un bimestre muy deficitario. De concretarse esta situación, la siembra de granos finos deberá trasladarse al mes de junio, donde deberían llegar al menos unos 50 milímetros distribuidos en forma homogénea y generalizada, o al menos sobre la zona triguera principal del sudoeste.
Contrastando con la situación de ER, la provincia de BA se embarca en problemas de signo contrario. Los excesos hídricos han comenzado a ganar persistencia en gran parte de la provincia y en particular en zonas del centro y centro oeste.