No han sido de mucha ayuda para el sudoeste triguero, las mínimas precipitaciones medidas durante el viernes y sábado de la semana pasada. Por otra parte, es importante la recuperación en el norte, donde se evidencia que para que el balance crezca de la categoría escasa a la adecuada se necesitaba una oferta de agua del orden de los 50 milímetros. Donde esta marca no fue alcanzada, la mejora fue importante pero no recuperó en forma plena el perfil de suelo.
Desde Tala hacia Uruguay y las vecindades de Colón y Gualeguaychú, las reservas se mantuvieron en valores adecuados a pesar de que las lluvias fueron pobres (exceptuando la recuperación del noreste de Gualeguay). Recordamos que esta zona tiene mejores antecedentes pluviales en la última parte del invierno y por consiguiente, mejor nivel de reserva de partida.
La zona triguera del sur de Paraná, Diamante, Victoria y Nogoyá, comienzan a presentar un nivel de almacenaje comprometido. No resultaría demasiado extraño que algunos lotes comiencen a presentar plantas con el típico color amarillo en la base como indicador de falta de agua.
La situación de la zona triguera principal de Entre Ríos, no es la misma que la del sur de Santa Fe, sin embargo no cuenta con margen como para enfrentar un comienzo de octubre seco. Para entonces la etapa de mayor demanda de agua deberá ser satisfecha para no perder rendimiento.
Por el momento, puede verse como favorable que este período seco no viene acompañado por irrupciones de aire frío capaces de provocar heladas. Como decíamos previamente, se esperan enfriamientos que provoquen amaneceres frescos o fríos para la época, pero no con descensos térmicos rigurosos.
Finalmente este marco climático caracterizado por sectores con deficiencias pluviales, no debe ser asociado al fenómeno La Niña.