Las lluvias observadas en estos primeros días de enero, promovieron algunas mejoras de importancia pero sectorizadas.
Para quebrar el estado de sequía del balance hídrico del primer metro de suelo que dominaba el mapa de la semana pasada, han sido necesarios como mínimo unos 40 milímetros. Las zonas que no recibieron este nivel de lluvia, seguramente experimentaron una mejora temporaria y superficial, pero no lograron salir de la sequía. Es decir, la ecuación de balance hídrico resulta con una solución deficitaria que se refleja en una gran parte del territorio entrerriano, al considerar los datos agrometeorológicos de la última semana. Como siempre recordamos que la cobertura que se simula es una pradera y por lo tanto es posible que una soja de primera sembrada con buena humead no este padeciendo este nivel de estrés hídrico y posiblemente precipitaciones de 20 milímetros hayan constituido un alivio importante, temporario, pero oportuno. También es claro que las sojas de segunda necesitan en forma perentoria mayor nivel de precipitaciones.
En principio no pueden alentarse cambios significativos en el comportamiento pluvial, pero al menos se ha quebrado el exigente patrón deficitario de la última parte de diciembre. Posiblemente retomemos la senda que marca al menos un evento pluvial por semana, quizá de lluvias con promedios areales inferiores a los habituales para la época, pero marcando una mejora que puede detener el deterioro de las sementeras.
El contexto hídrico que define el mapa es representativo de lo que sucede en ER, pero seguramente presenta matices en la escala local, fundamentalmente en zonas reducidas donde se han recibido precipitaciones más abundantes.